SINOPSISEL LLAMADO
La base de todos los vínculos es la amistad y todas las amistades se basan en el amor; no obstante, las relaciones humanas siempre son muy complejas y para considerar a alguna persona un gran amigo, el mejor amigo, hay que recorrer un largo trayecto donde cada detalle cuenta, cada conversación, cada impresión que indefectiblemente conducirán a la absoluta lealtad, pero cuyo olvido puede generar la destrucción de un maridaje que costó tiempo, energía y un gran esfuerzo erigir, y se deja de valorar uno de los aspectos más importante de la vida que no es otra cosa que el afecto compartido, puro y desinteresado, que nace y se fortalece con el trato cotidiano hasta el punto que dos o más seres pueden llegar a calificarse como colegas del alma.
José Sebastián Marcano Rodríguez, protagonista de esta historia, nació en Los Manglitos, comunidad de pescadores ubicada en algún país de Suramérica; allí creció, se desarrolló y constituyó una familia en la que el amor filial era uno de los pilares fundamentales. Estaba felizmente casado y tenía un hijo, Pedro, a quien amaba por encima de todas las cosas.
En una ocasión en que alguien muy cercano le jugó una mala pasada con uno de los actos más viles que existen, la traición, José, pescador y constructor insigne de peñeros, vivenció uno de los ataques más brutales, pero la fe y el amor lo hicieron evidenciar una vez más cuánto significaba para él su hijo Pedro, su amada esposa y el resto de la sociedad donde se desenvuelve esta bella historia.
José Sebastián Marcano Rodríguez, protagonista de esta historia, nació en Los Manglitos, comunidad de pescadores ubicada en algún país de Suramérica; allí creció, se desarrolló y constituyó una familia en la que el amor filial era uno de los pilares fundamentales. Estaba felizmente casado y tenía un hijo, Pedro, a quien amaba por encima de todas las cosas.
En una ocasión en que alguien muy cercano le jugó una mala pasada con uno de los actos más viles que existen, la traición, José, pescador y constructor insigne de peñeros, vivenció uno de los ataques más brutales, pero la fe y el amor lo hicieron evidenciar una vez más cuánto significaba para él su hijo Pedro, su amada esposa y el resto de la sociedad donde se desenvuelve esta bella historia.
Por Lic. Rayza E. González R.
Caracas, Enero de 2011
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